
¡Hijos de su perra madre, hagan algo!, ¿Y el cuidado de los bosques para cuando?, “Pónganse a trabajar”, son comentarios frecuentes en publicaciones de redes sociales relacionadas con eventos que afectan al medio ambiente.
La temporada de estiaje ha sido cruenta para Uruapan con decenas de incendios, en su mayoría provocados, que han arrasado con grandes extensiones de bosques, y que además de dimensionar un problema latente dejen en claro la existencia de personas realmente interesadas en las áreas naturales y otras únicamente enfocadas a demeritar el trabajo, criticar o tener una “bandera” de lucha.
Los comentarios escritos desde la comodidad del hogar, un un sillón, en una silla o recostado en la cama, representan menos esfuerzo que acudir a brindar apoyo o sumarse a los trabajos de quienes cuidan de nuestros bosques, que dicho sea de paso son los menos.
Selfies, videos en vivo y postear ubicaciones cuando se apoya a temas relacionados con el medio ambiente no pueden faltar para quien acude a entregar víveres, ayudar a sofocar un incendio, limpiar una barranca, río o espacio público.
Es necesaria la aprobación de los usuarios de redes sociales a toda acción, porque de lo contrario no existe evidencia de que te hayas sumado a la prevención y entonces ya no formas parte de esta tendencia.
Y es que no importa si tiras basura o la quemas, si incumples las normas, si desperdicias agua, si contaminas con tu vehículo, etc., nada importa, pues siempre es más sencillo juzgar que proponer y actuar.
No se trata de limitar la libertad de expresarse, se trata de congruencia, unión y solidaridad, pues son los únicos aspectos que como sociedad nos permitirán generar beneficios para la comunidad.
Si apenas tuviésemos en la práctica un 10% del activismo existente en redes sociales, otra cosa sería, pues un árbol no crece con selfies, no se riega con videos en vivo, un río no se limpia con publicaciones y una sociedad no avanza con likes.